El 12 de octubre de 2018 tuvo lugar la primera boda organizada por Violeta Marinero.
Lo que empezó como un favor, acabó siendo todo un trabajo. Apenas cuatro meses antes de la fecha, los novios pidieron a Violeta ayuda con los detalles que se les regalaría a los invitados como agradecimiento por haberles acompañado ese día tan especial.
Dado que eran familiares de ella y sabían de su pasión, no fue difícil ir adquiriendo cada vez más y más responsabilidades hasta tal punto que el día de la boda, Violeta era la responsable de toda la decoración y de que todo saliese tal y como estaba planeado.
Esta experiencia sirvió a Violeta para darse cuenta de que realmente, le apasionaba este trabajo, que no le importaba dedicarse a ello de sol a sol, incluso en las últimas semanas con esos cambios e ideas de última hora que podían faltar.
En una de las reuniones con los novios, se les ocurrió hacer una decoración temática: la boda iba a estar ambientada en el cine.
Fue todo un reto no caer en una decoración de fiesta de disfraces. Desde el primer momento, se quiso conservar la esencia de una boda romántica y elegante por ello, se optó por dejar la temática para los detalles. Los colores fueron el rojo, el negro y el blanco. Finalmente, se añadió el dorado.
Al llegar al lugar de la boda, los invitados encontraron el espacio de la ceremonia. Una alfombra roja presidia el pasillo, adornado también por ramilletes de rosas rojas, paniculata y siempreviva blanca.
Daba la bienvenida un letrero de casi dos metros de largo con los nombres de los novios en blanco. Y al fin llegó el momento más esperado. Fue precioso ver a la novia aparecer del brazo de su hermano, vestida de rojo con los zapatos en blanco y negro. En la mano, ese ramo tan especial de rosas negras y blancas acompañadas de paniculata.
Tras el “sí, quiero” y el delicioso cóctel que ofreció el Tancat de Codorniu, los invitados pasaron al salón. Siguiendo con la temática “cine”, el seating plan de las mesas imitaba una taquilla. Cada mesa tenía el número de una sala y el nombre de la película que supuestamente se iba a proyectar.
Los novios eligieron sus películas favoritas, que definían en cierta forma a los invitados sentados en cada mesa desde “La Princesa Prometida”, hasta “Frozen” para la mesa de los más pequeños. Los carteles con los números de mesa fueron en forma de entrada de cine, con la fecha de casamiento. En las mesas, encontraban varios detalles. El primero una mini claqueta con el nombre en dorado escrito a mano con la técnica “lettering”.
Cuenta Violeta que esta fue una de las tareas más costosas y que normalmente, pasa a manos de una persona profesional que se encarga de los diseños gráficos. A esta le acompañaba una postal y una pulsera de la fundación Aladina, que da soporte a niños y adolescentes con cáncer en varios hospitales de España.
Tras la comida, los invitados disfrutaron del candy bar, con varios dulces en los mismos tonos de la boda y detalles que hacían referencia a la temática. También comenzaron las fotos en el photocall, el cual imitaba uno propio de una gala de premios, con los nombres de los novios impresos en varios tamaños y tipografías.
Bajo este, una alfombra roja sobre la que todos pudieron sentirse estrellas en un día tan especial como la boda de Manel y Laura.
Muy buena profesional, he tenido el gusto de poder trabajar con ella y ha salido todo perfecto. Detallista y con vocación de servicio. Es garantía de que todo salga bien. Un saludo.
Yo también lo concibo así, ¡un correo perfectamente escrito!